Los
espacios urbanos y rurales cada vez conviven con una mayor armonía,
y saber entender qué principios rigen en la gestión ambiental para
que uno no acabe con el otro pueden ser esencial para la conservación
de los espacios verdes y adaptados a lo largo y ancho del territorio.
No son muy conocidos, pero existe la opción de cursar un máster
en gestión ambiental para complementar ciertas formaciones de
planificación estratégica y ética de espacios.
Saber entender los recursos de los que dispone cada
región es uno de los pilares de cualquier plan territorial. La
sostenibilidad y la ética se deben combinar, además, para aportar
un componente de estabilidad en el largo plazo que asegure la
convivencia del territorio.
Esbozar
una planificación territorial estratégica significa pensar en la
distribución y recursos presentes, adaptándola a la evolución y
necesidades futuras. ¿Cuál es la tasa de natalidad de la región a
la que afecta la gestión ambiental? ¿Y la de mortalidad? ¿Qué
tipo de alimentación es más habitual en la zona? ¿Y deseable?
¿Alguna tendencia en auge en los últimos años o décadas que deba
contemplar la planificación?
Asegurar
el desarrollo local y sus características propias puede convertirse
a largo plazo en una fuente de ventaja territorial respecto otras
localidades sin una adecuada estructura geográfica que armonice los
intereses de la sociedad y del territorio.
La
sostenibilidad es otra de sus piezas maestras, pues tampoco será
adecuado un plan territorial si no encuentra el equilibrio entre la
capacidad de producción o la distribución eficiente, y aquello que
se pretenda elaborar o para lo que deban servir los recursos
existentes. Hay casos obvios, pero en otras ocasiones, el afán por
cambiar el paisaje o el tipo de turismo de cualquier zona ha
provocado desgastes y derramas derivadas de la malversación de
fondos, la mala planificación y la destrucción o deterioro del
medio ambiente.
De
eso trata un plan territorial sostenible, de un constante equilibrio
entre deseos, aspiraciones y necesidades, donde uno de los
protagonistas no puede dejar de ser en ningún caso el propio medio
ambiente.