Hoy
en día, el mundo gira alrededor de los detalles y la diferenciación.
Anticiparse a la competencia en todos los aspectos puede acabar
resultando un factor determinante. Así pues, ¿está tu empresa
preparada para impactar en tus visitas comerciales?
Podría
parecernos una cosa menor, un detalle ínfimo, pero el efecto visual
de tu empresa quedará marcado en el subconsciente de tus clientes
potenciales o futuros colaboradores. Si bien es cierto que el gran
peso de tu estrategia debe cimentarse en una oferta atractiva o unos
servicios paralelos impecables, la imagen
jugará un papel decisorio más en la mente de la persona que nos
visite.
Imaginemos
que nuestra oferta satisface al futuro cliente, que el trato que ha
recibido ha sido el adecuado, que hemos resultado eficientes a lo
largo de todo el proceso de negociación del acuerdo… pero que en
esta misma situación se encuentra nuestra competencia, una o varias
empresas, eso no lo sabremos, pero debemos sostener la base de que
todas ellas habrán querido captar a aquel cliente al igual que
hacemos nosotros. ¿Qué marcará entonces la
diferencia? Los detalles.
Una
sala aislada de ruidos, un equipo de trabajo integrado, armonía en
la decoración, corporativismo y elegancia en las diferentes
estancias. En relación a ello, ¿tienes retos mensuales o juegos
motivacionales en las paredes a los que puedan aspirar tus empleados?
¿Existe interacción entre ellos en el día a día? ¿Has pensado en
cambiar los enchufes antiguos por otros acordes a tu empresa? ¿Tienes
excesivos cuadros impersonales con eminencias con quienes sólo has
coincidido para hacerte la fotografía?
Un
representante de otra empresa buscará en la tuya un ambiente laboral
adecuado, que fomente la creatividad y que a su vez transmita
seriedad y confianza. Es un equilibrio complejo de alcanzar, pues en
algunos aspectos dependerá en gran medida de la psicología de
nuestro invitado, pero que podemos atraer hacia nuestros intereses si
sabemos darle la importancia y relevancia que tiene.
Podría
parecer una broma hablar de cambiar
los enchufes de la oficina, pero pensemos por un momento de qué
color son las sillas de la empresa o los detalles decorativos de las
paredes o puertas.
“Si
las sillas van a juego con los colores de la empresa. ¿Por qué no
íbamos a prestar igual atención a detalles como los enchufes o los
interruptores de todas las salas?”
Empecemos
a pensar en aspectos que podrían acabar siendo importantes a la hora
de sumar enteros en nuestra candidatura o de transmitir aquellos
valores que realmente se alinean con la empresa. Aquello que
transmitamos, ya sea a nuestros posibles clientes futuros,
comerciales o colaboradores será lo que realmente llegue a oídos
del resto de empresas del sector o competidores. Recordemos que
nuestros altavoces más potentes no son los
nuestros, sino aquellos de las personas ajenas que hablan de
nosotros. Procuremos que lo hagan bien.